JUEGOS MUSICALES

Los niños y niñas que se encuentran en la etapa de educación infantil concretamente, aprenden mayoritariamente mediante juegos, ya que es la forma más efectiva y significativa para la consecución de los aprendizajes deseados.

Por ello, centrándonos en los juegos musicales en esta misma etapa, podemos afirmar que tienen numerosos efectos positivos en el desarrollo de los niños y niñas, debido a que estimula el cerebro de estos/as: motivación, atención, percepción auditiva, lateralidad, diversión, entre otros muchos aspectos.

Sin embargo, no todos los juegos abarcan del mismo modo todos los contenidos, sino que los hay más o menos completos dependiendo de lo que interese tratar y fomentar. Dos ejemplos de los ejemplos en los que se puede percibir grandes diferencias a pesar de trabajar la música serían:

JUEGO 1. Juego de la silla.



Este juego consiste en que los niños/as se muevan alrededor de un conjunto de sillas al ritmo de la música, de forma que cuando esta pare se tienen que sentar y el que se quede de pie sin silla será eliminado. Para ello se han de colocar en círculo tantas sillas como jugadores hayan excepto una, con el fin de que siempre se quede una persona sin poder sentarse, la cual será eliminada y así sucesivamente hasta que sólo quede un ganador o ganadora. Con esta actividad se trabaja la atención, la rapidez, el tiempo de reacción, el ritmo... 


JUEGO 2. El baile del cuerpo.



Consiste en realizar una coreografía según el ritmo y la letra de la canción. Como muestra el propio título, hay que mover las diferentes partes del cuerpo según corresponda. Este tipo de juego, como se puede observar, es muy diferente a la actividad anteriormente propuesta, ya que esta igualmente abarca los beneficios de la música (ritmo, atención...), pero no tiene en cuenta la rapidez de cada alumno/a ni da opción a la competitividad entre compañeros/as y, bajo mi punto de vista, es preferible, teniendo en cuenta los valores que se deben procurar enseñar en estas edades tan tempranas sobre todo.

A modo de conclusión, con todo esto quiero decir que, dejando de lado la evidente importancia que tiene la música, da lugar a que se pueda trabajar de múltiples maneras, algunas más adecuadas que otras o más o menos completas, según la perspectiva del/de la docente que la lleve a cabo, lo que sí es cierto es que es fundamental tener presente estos tipos de actividades en toda la etapa educativa y adaptarlas según las edades y lo que se pretenda enseñar.


Realizado por: Jacaranda Díaz Orihuela


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